La cerámica Sargadelos resucita de la crisis

 
La cerámica Sargadelos resucita de la crisis y se lanza a vender bolsos, joyas y sillas.
 
 
Una operaria en la fábrica de Sargadelos pinta un plato.
  Oscar Corral

Hace tres años el japonés Yukio Konisi casi se queda sin repuesto para la vajilla en la que sirve buena parte de la carta de inspiración española que ofrece en su restaurante El Poniente, en Osaka. En los tribunales y en las fábricas gallegas de Sargadelos se libraba lo más crudo de una crisis que desembocaba en un concurso de acreedores y el despido de 70 trabajadores, accionistas y plantilla veían planear sobre sus cabezas el fin del grupo empresarial. Sargadelos, nacida en el siglo XIX como hito de la revolución industrial en el noroeste peninsular, muerta y resucitada en los años 60 del XX por el genio artístico de Isaac Díaz Pardo y Luis Seoane, llegó a convertirse en todo un símbolo de Galicia. Y cuando parecía abocada a su segunda defunción, atrapada tanto por la crisis económica como por el ocaso de Díaz Pardo, la prestigiosa marca ha emprendido la remontada.

Con un accionista de siempre, el empresario de Ribadeo Segismundo García, al timón, el grupo salda su deuda bancaria, recupera ventas, obtiene beneficios y vuelve a contratar. En el último año y medio han entrado 39 trabajadores hasta conformar una plantilla de 162, la mitad en cada una de las factorías de la empresa cerámica. El consejero delegado anuncia que seguirá fiel «a sus raíces, a la calidad y al diseño», y que se propone recobrar parte del universo cultural que giraba en torno a las tiendas-galería y la marca. Pero explora nuevos sectores. Ha lanzado, y ya agotado, la remesa inicial de manteles  de su primera producción textil; idea nuevas colecciones de joyas y bisutería; y ha encargado una línea de bolsos que se fabrican en Ubrique y saldrán a la venta entre agosto y septiembre. Además, vende ya por Internet y ha cerrado acuerdos con Pepa Poch y Ágatha Ruiz de la Prada para diseñar nuevas entregas cerámicas en colores nunca vistos en Sargadelos.

 

Cova Ríos

 

Una operaria da un baño a una de las piezas que fabrican
Óscar Corral

En este empeño diversificador, el grupo también recupera una vieja iniciativa de ese Laboratorio de Formas de Díaz Pardo y Seoane que era una Bauhaus galaica y galleguista: planea empezar a producir sillas y pequeños muebles artesanales en la carpintería que todavía sigue instalada en la histórica fábrica lucense, un conjunto declarado Bien de Interés Cultural. Para ello, a partir del mes entrará a trabajar el arquitecto Camilo Díaz, vástago de Rosendo, uno de los tres hijos de Isaac Díaz Pardo, hoy desvinculado de Sargadelos.

 

 

Una operaria pinta a mano una de las figuras
Óscar Corral

A finales del siglo pasado, en esta tierra parecía que uno no se había casado del todo si en su boda nadie le regalaba unos platos y una sopera salida de las factorías de Cervo (Lugo) o de O Castro (Sada, A Coruña). La porcelana vanguardista y blanca decorada en azul cobalto, pero también en marrón y a veces en un rojo que encarecía el producto, calaba en el público y llenaba vitrinas; era un arte de uso doméstico al alcance de la clase media. Y en torno a ella giraba todo un mundo cultural, coronado por una editorial (Ediciós do Castro) que publicó muchos libros sin salida pero también grandes éxitos como Memorias dun neno Labrego, de Xosé Neira Vilas, el título más vendido de la historia de la literatura gallega. Hoy la editorial permanece dentro del grupo en estado latente y sin proyectos de futuro.

Sargadelos busca ahora a los hijos de toda esa gente que en el último tercio del siglo XX reservaba el mejor rincón de salón para exhibir su mercancía.

En los años de gloria, Sargadelos llegó a abrir una red de tiendas propias y franquicias en toda Galicia, varias ciudades españolas, Portugal y hasta Milán. Con la crisis fue perdiendo su representación más allá de la comunidad. Ahora, la compañía se propone volver a Madrid y negocia nuevos mercados en América.

 

EL PAIS: Silvia R. Pontevedra

Fotografías: Óscar Corral y Cova Ríos

 

 

No Comments

Post a Comment